Desde siempre se ha considerado que las hormigas y otros animales que se crean 'redes de transporte' demuestran cierta inteligencia al ser capaces de desenvolverse bien por intrincados laberintos y rutas hasta llegar a las zonas en las que hay comidas o escondites bajo tierra.
Los robots llevan un pequeño motor para moverse a través de un laberinto. Las cámaras (abajo) muestran los caminos que recorren de forma más habitual. |
En el estudio de estos animales, una de las teorías apunta a que para encontrar los caminos más cortos (por ejemplo entre el hormiguero y la comida, o entre un punto lejano y el hormiguero), los individuos realizaban ciertos cálculos relativos a los ángulos de los caminos que habían de seguir, para transmitírselos a los demás miembros de la colonia y así llegar de la manera más directa. Sin embargo, parece que esto mismo puede conseguirse sin cálculos.
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