Algunas aves, peces, tortugas y ballenas recorren enormes distancias para encontrar comida o aparearse.
La que viaja más lejos es la becasina de cola barrada, que vuela más de 10.000 km desde Nueva Zelanda a Alaska.
Los ánades son capaces de encontrar el norte analizando las estrellas, una habilidad genéticamente programada.
Muchas otras aves, al igual que las salamandras, los salmones y los hámsteres, utilizan el campo magnético de la tierra.
Las tortugas bobas pueden sentir la fuerza y la dirección del campo magnético de la tierra poco después de su nacimiento, y luego usar esta habilidad para navegar a lo largo de su ruta migratoria.
Otros animales utilizan las características de la tierra, como cordilleras, ríos y océanos.
Los ñus siguen el olor de la lluvia y los salmones hacen uso de su olfato para volver a la misma corriente que los vio nacer.
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