Las autoridades de la ciudad de Nanchang, provincia de Jiangx, al sureste de China, instalaron jaulas en sus calles donde encerraron a los mendigos para que no molesten a los visitantes que llegan a un tradicional evento religioso que se realiza en esa ciudad.
Afuera de las rejas, los indigentes dejan sus recipientes para recibir una propina o comida. Si se escapan y piden limosna en las calles, los mendigos corren el riesgo de ser expulsados de esa ciudad.
Esta medida ha sido muy criticada por los visitantes, sin embargo, los organizadores manifestaron que los turistas fueron los que lo decidieron.
RCT / Netjoven